En París, en el centro de la plaza de
l'Étoile, el Arco de Triunfo luce orgullosamente sus dos siglos de historia.
Con su terraza panorámica y sus esculturas del siglo XIX, es uno de los
monumentos más visitados de la capital.
La idea original de este monumento fue de
Napoleón I en 1846. Después de la victoria en Austerlitz decidió que era
momento para construir un monumento majestuoso. Antes de la idea de Napoleón,
se propuso construir un monumento en forma de elefante en la Place de l’Etoile
pero el proyecto nunca vio la luz.
De 50 metros de altura y 45 metros de largo, el Arco de Triunfo
despliega su imponente silueta en la extremidad oeste de la famosa avenida de
los Campos Elíseos. Ya deseado en 1806 por Napoleón I, para celebrar la gloria
de los héroes de la guerra, el Arco de Triunfo, fue inaugurado treinta años más
tarde, por el rey de los franceses Luís Felipe, quien lo dedicó a los ejércitos
de la Revolución y del Imperio. Entre ambas fechas, la construcción del
monumento vive diversos imprevistos, que cada cual podrá descubrir al visitar
el museo del Arco de Triunfo. Instalado en el interior del edificio, éste
propone animaciones multimedia que permiten, en particular, entender la
historia del monumento y admirar de más cerca las esculturas menos accesibles.
Símbolo patriótico
Monumento histórico, el Arco de Triunfo también representa un símbolo
patriótico. Desde 1921, a sus pies se encuentra la tumba del Soldado
desconocido de la Primera Guerra Mundial. Para conmemorar su memoria, y más
ampliamente a todos los soldados muertos en combate, una llama del Recuerdo
brilla en su tumba desde 1923. Tradicionalmente, se reaviva cada día a las
18:30.
Una terraza panorámica
Además de sus esculturas, su museo y su llama eterna, el Arco de Triunfo
reserva una ventaja muy apreciada por los visitantes en busca de un poco de
altura: una terraza panorámica. Situada en la parte superior del monumento,
ofrece una vista inexpugnable de la capital, del museo del Louvre hasta la gran
Arca de la Défense. Además, constituye un lugar privilegiado para admirar la
organización en estrella de la plaza Charles de Gaulle, más conocida por su
antiguo nombre de plaza de l'Étoile (Estrella), y las doce avenidas que parten
de la plaza.